Decenas de personas se aglutinaron la semana pasada para ver cómo se destruía uno de los centros de la cultura y entretención más grandes que ha tenido la capital regional. Y es que para ningún rancaguino pasó inadvertida esta demolición. Claro, porque el cine Rex guardaba entre sus butacas cientos de historias de todos los habitantes de la región. Para las generaciones más nuevas esta nota no debe tener mucho sentido, pero para quienes tenemos algo más de un cuarto con la destrucción del Cine Rex se puso fin a un álbum de recuerdos almacenados en nuestras memorias.
¿Quién no invitó al primer pololo a ver una pelicula? ¿Quién no pasó tardes enteras en este lugar cuando existían los rotativos? O bien, ¿quién no dio por primera vez la mano al interior del Rex. Sin duda era un punto de encuentro para todos. Un lugar que quedará en la memoria de los rancaguinos. Es en este contexto, que quisimos saber cómo afectó a los ciudadanos la demolición del otrora Cine Rex.
